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Conviértete en un cristiano de clase mundial

(Jesús) les dijo: “Vayan por todo el mundo y anuncien
las buenas nuevas a toda criatura”.
Marcos 16:15

Envíanos al mundo con las nuevas de tu poder
salvador y tu plan eterno para la humanidad.
Salmos 67:2 (LB)

La Gran Comisión es tu comisión.

Tienes que tomar una decisión: ser un cristiano de clase mundial o un cristiano mundano.
Los cristianos mundanos ven a Dios esencialmente como una satisfacción personal. Son salvos, pero orientados hacia sí mismos. Les gusta asistir a conciertos y seminarios enriquecedores, pero nunca los encontrarás en conferencias misioneras porque no les interesa.
Sus oraciones se enfocan en sus propias necesidades, bendiciones y alegrías. Es una fe tipo “yo primero”, se preguntan: ¿Cómo puede Dios hacer mi vida más cómoda? Quieren usar a Dios para su propósitos más que ser usados para los propósito de Él.
En contraste, los cristianos comprometidos fueron salvados y creados para una misión. Están ansiosos por recibir una asignación particular y se emocionan con el privilegio de ser usados por Dios. Los verdaderos cristianos son las únicas personas que viven a plenitud en este planeta. Su gozo, su confianza y entusiasmo son contagiosos porque saben que hacen una diferencia. Se levantan cada mañana esperando que Dios trabaje a través de ellos en nuevas formas. ¿Qué clase de cristiano quieres ser?
Dios te invita a participar en la causa más grande, más extensa, más diversa y más importante en la historia: su reino.
La historia es su historia. Él está levantando su familia para la eternidad, nada importa más ni durará tanto. Sabemos, de acuerdo con el libro del Apocalipsis, que la misión global de Dios será alcanzada. Algún día la Gran Comisión será el Gran Cumplimiento. En el cielo una enorme multitud de “toda raza, tribu, nación y lengua”, se reunirá un día delante de Jesucristo para adorarlo. Involucrarte como cristiano comprometido te permitirá experimentar anticipadamente un poco de lo que será el cielo.
Cuando Jesús les dijo a sus seguidores que “fueran por todo el mundo y dijeran a cada uno las buenas nuevas”, esa pequeña banda de pobres discípulos del medio Oriente quedó abrumada. ¿Se supone que tendrían que caminar o montar sobre animales de lento andar? Eso era todo lo que tenían como medio de transporte; no había barcos trasatlánticos, así que había barreras reales para salir al mundo entero. Hoy tenemos aviones, barcos, trenes, autobuses y automóviles; después de todo es un mundo pequeño y cada día se reduce más. Puedes volar de un océano a otro en cuestión de horas y estar de regreso a casa, si es necesario, al día siguiente. Las oportunidades para el cristiano común y corriente de involucrarse en misiones internacionales a corto plazo son ahora literalmente infinitas. Cada rincón del mundo te está esperando, simplemente tienes que investigar en una agencia de viajes. Por lo tanto, no tenemos ninguna excusa para no difundir las buenas nuevas.
Ahora, con la Internet, el mundo se ha hecho aún más pequeño. Además de los teléfonos y los faxes, cualquier creyente con acceso a la Internet puede comunicarse en persona virtualmente con cualquiera en cualquier país del mundo. ¡El mundo completo está en la punta de tus dedos!
Aun muchos pueblos remotos reciben correos electrónicos, de manera que ahora puedes tener conversaciones “e-evangelísticas” (de e-mail, en inglés; el prefijo e indica que se usa en términos electrónicos) con personas del otro lado del mundo, ¡sin salir de casa! Nunca en la historia fue más fácil cumplir tu comisión de ir al mundo entero.
Las grandes barreras ya no son las distancias, el costo o el transporte; la única barrera es la manera en que pensamos. Para ser un cristiano comprometido debes hacer algunos cambios mentales. Tus perspectivas y actitudes deben cambiar.

CÓMO PENSAR COMO UN VERDADERO CRISTIANO
Deja de pensar en ti mismo y piensa en otros. La Biblia dice: “No sean niños en su modo de pensar: Sean... adultos en su modo de pensar”. Este es el primer paso para convertirte en un cristiano de clase mundial. Los niños sólo piensan en sí mismos; cuando crecen piensan en otros. Dios nos manda: “Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás”.
Por supuesto, este cambio es difícil porque somos absorbentes por naturaleza y casi toda la propaganda nos anima a pensar en nosotros mismos. La única forma de cambiar este paradigma es dependiendo, momento tras momento, de Dios. Afortunadamente Él no nos deja luchar por nuestra propia cuenta. “Dios nos ha dado su Espíritu. Por eso es que no pensamos de la misma manera que las personas de este mundo piensan”.
Empieza a pedirle al Espíritu Santo que te ayude a pensar en las necesidades espirituales de los no creyentes en cualquier momento que hables con ellos. Con la práctica puedes desarrollar el hábito de pronunciar en silencio “oraciones de aliento” para aquellos que encuentras. Dile: “Padre, ayúdame a entender lo que le está impidiendo a esta persona que te conozca”.
Tu me es descubrir dónde se encuentran otros en su peregrinaje espiritual y hacer lo necesario para atraerlos un paso más cerca del conocimiento de Cristo. Puedes aprender cómo hacerlo adoptando el pensamiento de Pablo, que dijo: “Procura agradar a todos en todo. No busco mis propios intereses sino los de los demás, para que sean salvos”.
Cambia de perspectiva local a global. Dios es un Dios global. Siempre ha tenido cuidado del mundo entero. “De tal manera amó Dios al mundo”. Desde el principio Él quiso a los miembros de la familia de cada nación que creó. La Biblia afirma: “De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, Él no está lejos de ninguno de nosotros”.
Ya la mayoría en el mundo piensa de una manera global. Todos los grandes medios de comunicación y los grupos corporativos son multinacionales. Nuestras vidas se entretejen cada vez más con otros de distintas naciones a medida que compartimos la moda, el entretenimiento, la música, los deportes y aún la comida rápida.
Quizás la mayoría de la ropa que vistes y mucho de lo que comiste hoy se produjo en otro país. Estamos más conectados con ellos de lo que pensamos. Estos son días emocionantes para vivir.
Hoy hay más cristianos que nunca antes en la tierra. Pablo estaba en lo correcto: “Este evangelio está dando fruto y creciendo en todo el mundo, como también ha sucedido entre”.
El primer paso para comenzar a pensar globalmente es orar por países específicas. Los cristianos comprometidos oran por el mundo. Consigue un globo o mapamundi y ora por las naciones por su nombre. La Biblia dice: “Pídeme, y como herencia te entregaré las naciones; ¡tuyos serán los confines de la tierra!”.
La oración es la herramienta más importante para tu misión en el mundo. Las personas tal vez rehúsen nuestro amor y rechacen nuestro mensaje, pero no pueden hacer nada contra nuestras oraciones. Igual que un misil transcontinental, puedes apuntar con una oración al corazón de una persona estés a tres metros o a miles de kilómetros de distancia.
¿Por qué deberías orar? La Biblia nos dice que debemos orar por oportunidades para testificar, por valor para hablar, por aquellos que creerán, por la rápida difusión del mensaje, y por más trabajadores. Las oraciones te brindan compañerismo con otros alrededor del mundo.
También debes orar por los misioneros y cada uno de los que participan en la cosecha global. Pablo les dijo a sus compañeros de oración: “Mientras tanto, ustedes nos ayudan orando por nosotros”. Si quieres sugerencias para orar inteligentemente por el mundo y por los cristianos visita nuestra dirección cibernética www. Purposedrivenlife.com.
Otra forma de desarrollar un pensamiento global es leyendo y viendo las noticias con los “Ojos de la Gran Comisión”. Dondequiera que haya cambios o conflictos, puedes estar seguro de que Dios los usará para atraer a la gente a Él. La gente es más receptiva a Dios cuando sufre tensión o vive períodos de transición. Por cuanto el porcentaje de cambios se mantiene aumentando en nuestro mundo, muchas más personas están dispuestas a escuchar ahora más que nunca las buenas nuevas.
La mejor forma de tener un pensamiento global es enrolarse en un proyecto misionero breve a otro país. No hay sustituto para ello. Una experiencia real en la vida de otra cultura es irremplazable.- Deja de analizar y discutir tu misión, ¡cúmplela! Te reto a que desciendas a lo más profundo. En Hechos 1:8 Jesús nos dio el patrón para nuestra participación: “Serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra”. Sus discípulos fueron llamados a alcanzar a su comunidad (Jerusalén), a su país (Judea), a otras culturas (Samaria), y a las otras naciones (los confines de la tierra). Observa que nuestra comisión es simultánea, no secuencial. Puesto que no todas las personas tienen el don misionero, cada cristiano es llamado a unirse en misión a esos cuatro grupos en alguna forma. ¿Eres un cristiano de los descritos en hechos 1:8?
Ponte una meta y participa en un proyecto misionero. Te pido encarecidamente que ahorres y hagas cualquier cosa para que participes en un viaje misionero breve en el exterior tan pronto como te sea posible. Casi todas las agencias misioneras pueden ayudarte a lograrlo, ello hará que tu corazón crezca, tu visión se amplíe, tu fe aumente, tu compasión se profundice y, además, rebosarás de gozo como nunca lo has sentido. Esto podría marcar un cambio radical en tu vida.
Fórjate una perspectiva eterna. Para sacar el mayor provecho a tu vida terrena debes mantener una perspectiva eterna. Eso te impedirá concentrarte en asuntos menores y te ayudará a distinguir entre lo que es urgente y lo que es trascendente. Pablo dijo: “Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno”.
Muchas de las cosas en las que nosotros gastamos nuestras energías no tendrán importancia en un año y por consiguiente mucho menos en la eternidad. No cambies tu vida por cosas temporales. Jesús dijo: “Cualquiera que se deja distraer del plan que tengo para él no es apto para el reino de Dios”.
Pablo advirtió a “los que disfrutan de las cosas de este mundo, (que vivieran en él) como si no disfrutaran de ellas; porque este mundo, en su forma actual, está por desaparecer”.
¿Qué obstáculo estás permitiendo que se levante en el camino de tu misión? ¿Qué te impide ser un cristiano comprometido? Sea lo que sea, quítalo de delante de ti. “Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante”.
Jesús nos dijo que: “Almacenáramos nuestros tesoros en el cielo”. Pero, ¿cómo hacerlo? En unas de las declaraciones más mal entendidas de Jesús, Él dijo: “Por eso les digo que se valgan de las riquezas mundanas para ganar amigos, a fin de que cuando éstas se acaben haya quienes los reciban a ustedes en las viviendas eternas”. Jesús no quiso decir que “compráramos” amigos con dinero, lo que quiso decir es que debes usar el dinero que Dios te da para traer gente a los pies de Cristo. Ellos entonces serán tus amigos por la eternidad y te darán la bienvenida cuando llegues al cielo. Esta es la mejor inversión financiera que puedes hacer.
Tal vez has escuchado la expresión: “No puedes llevar nada contigo”, pero la Biblia dice que puedes enviarlo anticipadamente, invirtiendo en personas que vayan al cielo. La Biblia afirma que así “atesorarán para sí un seguro caudal para el futuro y obtendrán la vida verdadera”.
Deja las excusas y piensa en formas creativas para cumplir tu comisión. Si estás dispuesto, siempre hay maneras de hacerlo, hay agencias que te ayudarán. He aquí algunas excusas comunes:
§ “Sólo hablo mi idioma”. Esta es una ventaja, millones de personas quieren aprender tu idioma y están ansiosos por practicarlo.
§ “No tengo nada que ofrecer”. Sí, sí tienes. Cada habilidad y experiencia tuya puede ser usada en algún lugar.
§ “Estoy muy viejo (o muy joven)”. La mayoría de las agencias tienen proyectos a corto plazo para cada edad.

Ya fuera Sara, que afirmó que era muy vieja para ser usada por Dios o Jeremías que alegó ser muy joven, Dios rechazó sus excusas. Él les dijo: “No digas: “Soy muy joven”, porque vas a ir adondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene. No le temas a nadie que yo estoy contigo para librarte”.
Quizás has creído que necesitas un “llamado” especial de Dios y has esperado por algún sentimiento o experiencia sobrenatural. Pero Dios ya ha declarado su llamado repetidas veces. Todos somos llamados para cumplir los cinco propósitos de Dios en nuestras vidas: para adorar, para entablar compañerismo, para crecer igual a Cristo, para servir, y para cumplir una misión con Dios en el mundo. Él no quiere usar sólo a algunos de su pueblo, quiere usarlos a todos. Por eso somos llamados a participar en la misión asignada por Dios. Él desea que su iglesia completa lleve el evangelio entero a todo el mundo.
Muchos cristianos se pierden el plan de Dios para sus vidas porque nunca le han preguntado si quiere que sirvan como misioneros en alguna parte. Si es por temor o ignorancia, en todo caso han cerrado automáticamente sus mentes a la posibilidad de servir como misioneros en localidades multiculturales. Si estás tentado a decir no, debes revisar todas las posibilidades y modalidades disponibles (te sorprenderás), orar seriamente y preguntarle a Dios qué es lo que quiere de ti en los años venideros.
No te imaginas los miles de misioneros que se necesitan con urgencia en este momento crítico de la historia, donde innumerables puertas se están abriendo como nunca antes se había visto.
Si quieres parecerte a Jesús, debes tener un corazón que anhele alcanzar al mundo entero. No puedes sentirte satisfecho sólo con que tu familia y tus amigos conozcan a Cristo. Hay más de seis mil millones de personas en la tierra, y el Señor quiere encontrar a todos sus hijos perdidos. Jesús dijo: “El que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio, la salvará”.
La Gran Comisión es tu comisión, y hacer tu parte es el secreto para vivir una vida significativa.

DÍA TREINTA Y OCHO
PENSANDO EN MI PROPÓSITO

Punto de reflexión: La Gran Comisión es mi comisión.

Versículo para recordar: “Envíanos al mundo con las nuevas de tu poder salvador y tu plan eterno para la humanidad”. Salmo 67:2 (BAD).

Pregunta para considerar: ¿Qué pasos puedo dar para enrolarme en una experiencia misionera breve el próximo año?


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